viernes, 13 de septiembre de 2013

LA SILUETA DEL HOMBRE TRISTE...PERO VIVO.

En el suelo gélido de un verano extinto,
reposo consumiéndome en la pena,
como una persona que ya no esta.

Los recuerdos se desvanecen
como una brisa de diciembre,
al alba,cuando pedí perdón
antes de caer en el fondo,
en la sombra donde deje de sentirte
entre los aullidos del desconcierto

Suspiros que terminan,
entre mi boca y el vino amargo
que se derramó con el último impulso,
ese impulso que paraliza mis emociones
hasta su ausencia.

El latido final,
la moneda que entregué
a cambio del último viaje,
un viaje de ida y vuelta
al lugar donde desperté
para seguir viviendo.

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