Cualquier músico que haya tocado en una librería o biblioteca sabe que hay algo de especial en el hecho de estar rodeado de libros. Es quizás la responsabilidad de someterse a la mirada ceñuda e inclemente de las obras completas de Garcilaso o de algún sesudo ensayo de Foucault. O tal vez la manera en que las estanterías arropan el sonido y lo dotan de una calidez infrecuente en una sala convencional. En todo caso, en la presentación del primer disco de La Ternura del Viejo Cormorán, la cita musical que inauguró el pasado sábado el nuevo curso en Azacán, lo verdaderamente importante fue la presencia de todas las personas que, desafiando las lluvias del recién estrenado otoño, abarrotaron nuestra librería y zona de degustación y nos arroparon con su calor humano.
A las nueve menos cinco ya se agitaban los primeros abanicos y circulaban los primeros zumos de sandía, recién salidos de la licuadora. Había nervios y expectación en la puesta de largo de este nuevo proyecto, marcado por el feliz encuentro de la voz y la guitarra de Eva Cámara con el poeta José González, autor de unos versos amplios y elegantes, preñados de referencias mitológicas y al mismo tiempo muy atentos a la realidad actual.
Durante más de una hora de concierto, Eva y su fiel y polifacética escudera Mónica Tranque (guitarra, violín, xilófono, percusiones, boa de plumas), desgranaran los mejores temas del nuevo disco, como “Buscando a Orfeo” o “La Fortaleza del Talón de Aquiles”, en los que la voz de Eva brilló con luz propia. Una voz en ocasiones tierna, sí, pero ante todo poderosa, sabia y segura de sí misma, planeando majestuosa e insuflando verdad a cada verso, con un cierto poso de amargura que hacía su interpretación aún más conmovedora. También hubo algunas sorpresas en forma de versiones, como la revisión de algunos himnos del cancionero latinoamericano (“Gracias a la vida”, “La Llorona”) y la deliciosamente melodramática “Un anno d’amore” de Mina, en su versión en español.
Una velada emocionante, rodeada de amigos, orgullosos de presenciar los primeros aleteos de un proyecto al que deseamos los mejores vientos para que vuele muy lejos