jueves, 13 de agosto de 2015

COLGANDO DE TU ALIENTO

Llueve,
la ciudad se hace pequeña.
Me miras y una y otra vez
y tu brisa susurra en rincones oscuros, mi intimidad.
Pierdes la ropa, me condenas a galeras.
Sufro todos mis miedos
y dejo de vivir la vida que tengo
saliendo de la nada, quemando mis huellas.
Siento los huesos ardiendo.
Un suicida colgando de tu aliento
disfrazado de marinero sin puerto,
pero con barco para bailar.
Recojo mis ganas, surco tu falda
y navego sin dudas, descalzo,
robándote besos, sueños
y la mejor parte de mí.
Sin defectos,
pago mis deudas con tu cuerpo,
transformando mis hojas secas
en promesas sin vergüenza
y curvas con exceso de velocidad.

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