miércoles, 7 de enero de 2015

ÉTICA ROMÁNTICA

Había una vez un hombre que hablaba de ética romántica y resultó ser un tipo sin sentimientos. Irónicamente le nombré Profesor de Ética romántica, se ve que no atendía en sus propias charlas.
Dedicada ao meu professor.

ÉTICA ROMÁNTICA

Llamadas y gritos golpean tu cobardía.
Tu ética corrupta de alcohol y falta de escrúpulos
se esconde a miles de kilómetros,
tras la cortina de humo,
que asfixia tu consciencia
hasta matarla.

Débil y ausente,
lapidas tu vida
entre mentiras y cigarrillos negros
que reprochan tu triste andadura.
Esa que pierdes de forma cíclica
con tu disfraz de cordero sobre
los huesos astillados y sin vida
de un lobo, viejo,
que no siente, y en vida
huele a muerto.

Estás cayendo, y el tiempo
que avanza rápido, castigará
tus dogmas hipócritas envueltos
en soberbia, en violencia.
Serán tu maldición.

Pero sí, ese día
serás libre en tu sudor frío,
ahogándote en tu propia sed
y te darás cuenta, que alrededor
ya no hay nada.
Estarás solo en esa barra,
reflejado en una botella
observando el ocaso
de la resaca que no dejará que te levantes.
Jamás, nunca jamás.

Y al final,
solo serás un puñado
de sombras de mordiscos sin patria,
de ceniza sin reposo,
que solo anhela volver atrás,
para escuchar
su clase magistral
de ética romántica.

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