Su dulce tacto entra por mi ventana
y con la niebla tierna de su abrazo
respiro, me libero de mi lazo,
perdiendo los miedos de la semana
Su nube es mi hogar en esta mañana,
floto y me hilvana todos los retazos.
Pétalos, sus caricias y arañazos
la forma de placer en mi nirvana
Silencio, gemidos en el desorden,
sus caricias, la vida desde el risco,
la bruma, vértigo al pasar el margen.
Me envuelvo en su pelo de flor de hibisco,
tu nombre en fuego de favilas que arden
como el cálido placer de un mordisco.
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