Fue cruzar la puerta y me empecé a desangrar
cuando aquellas fotos se cayeron a mis pies,
la hemorragia era tan grande que según las recogía
lloraba como si aquellas imágenes
fueran vidas perdidas, pasadas,
tan lejanas como inexplicables.
Dos ojos oscureciendo a pleno día.
Historias tristes y coronas con espinas
Historias tristes y coronas con espinas.
En cada pestañeo encontraba el caos,
un océano de fábulas a la deriva
sintiéndome un anciano fracasado
dentro de mi tarta nupcial,
casado con las derrotas
besando con azufre mi melancolía.
Historias tristes y coronas con espinas.