jueves, 3 de septiembre de 2015

HIJOS DE LAS ANIMAS

Solo somos veneno,
una trampa autodestructiva
sin conciencia ni escrúpulos
que es indiferente a su propia extinción.

Nos vemos morir
y no solo no decimos nada
sino que no nos sentimos mal.
Importan poco si no son mi sangre, mi gente.
No hay luna llena que despierte
del letargo el alma del ser humano.

Con los ojos colgando de hilos
como globos, escapando al cielo
para acabar estallando
por la presión de mirar
pero no ver lo que quema
y pasa como brisa fresca.

Plegarias sin afectos, sin efecto.
Ya ni los muertos asustan
si naufragan en otro puerto.
Oídos sordos al llanto, al sufrimiento.

Futuras ánimas desentendidas que no piensan
que la espada se balancea
y hoy está allí
pero mañana estará
jugando con los hijos que,
si sobreviven,
crecerán ciegos, sin ver más allá,
perdiendo los ojos que sin memoria
volverán a aniquilar a sus hermanos.


miércoles, 2 de septiembre de 2015

EN EL MAR DE TUS OJOS

Para lo único que sirvió tanto color en la cara
fue para hundirme en el mar de tus ojos.

Ese día tenías la cara pintada de mil colores,
era la primera vez que te veía,
la única vez que te vi,
la mirada que te saludó mientras se iba,
la instantánea que se quedó conmigo a sangre,
una quemadura eterna,
q vuelve, que vuelve,
vuelve.

Arde mi memoria cuando te recuerdo.
Ese día tenías la cara pintada de mil colores,
vestías de cielo, de suspiro,
de lapsus perpetuo en mi tiempo fugaz.
La variable que altera mi paz
para desaparecer después, justo antes de volver.
Vuelve.

No dejes de volver, sin nombre, sin voz.
Solo tu rostro en mi memoria
amando lo desconocido, amando.